Hasta hace poco, la gran mayoría de los centros públicos han
estado funcionado con jornada partida, de la misma manera que
los centros privados y concertados, donde se sigue optando por la jornada partida. Tradicionalmente, la implantación de la jornada continua o intensiva
venía muchas veces asociada a contingencias no deseadas, tales como la
inexistencia de comedor, la necesidad de realizar desdoblamientos de horarios
por insuficiencia de instalaciones o la realización de obras en los centros (
Fernández Enguita, 2000).
Los motivos presentados en nuestra escuela para cambiar hacia la jornada continua serían otros. En
la hoja que ha sido distribuida desde el Colegio, la jornada continua se pretende
presentar como una mejora educativa y socio-familiar. Cabría suponer, por
tanto, que recientes estudios o experiencias habrían revelado una serie de
ventajas que antes se desconocían o no se tenían en cuenta. En dicha hoja no se
revelan, sin embargo, en qué datos o elementos se basa la serie de consideraciones,
todas ellas positivas, que se exponen acerca de la jornada continua. Tampoco se
mencionan sus desventajas, o los aspectos positivos de la jornada actual, algo lógicamente
imprescindible para ponderar una adecuada decisión de cambio.
Hemos intentado localizar los estudios y experiencias que pudieran
recomendar la jornada continua,... pero hasta el momento sin éxito. De hecho, y
como podréis consultar en los enlaces que hemos podido reunir (ver ESTUDIOS Y EXPERIENCIAS), las conclusiones
de los expertos apuntan más bien en dirección contraria, o como mínimo,
son escépticos respecto a las ventajas educativas o socio-familiares de la
jornada continua (no corroborando siquiera el aspecto que, en la hoja del Colegio, se presenta como principal propósito del cambio - la supuesta mejora del rendimiento escolar).
En cualquier caso seguiremos buscando información y
referencias y por supuesto, invitamos a la participación del claustro de
profesores, de la comunidad educativa y todos aquellos que quieran contribuir
al debate informado sobre el asunto.
Más que de campañas sobre uno u otro modelo, o de su mayor o
menor conveniencia en función de la situación particular de cada uno,
necesitamos información objetiva y completa, comprender exactamente en qué
datos concretos se basa la propuesta, qué desventajas tienen, qué ha pasado en
los colegios donde se ha implantado la jornada continua. Es decir ¿Qué
consecuencias podría tener el cambio de jornada en nuestro colegio?